domingo, 24 de febrero de 2008

08.- "Mi amado es para mí"

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IV.- SABIENDO ACEPTAR Y RECIBIR DEL OTRO.

Mi Diario. Reunión del catorce de febrero de 2004. Sábado.
“A Marta” Carta.
Aceptar y recibir con amor y agradecimiento del otro.

Si hermosa fue la carta a Blanca y las delicias de la entrega sin mirar sino sólo para el Amado, la carta de hoy a Marta, describiendo cómo el amado suspira por recibir del amante y cómo deja su corazón, y hasta la última partícula de su ser, de su persona entera, abierta a recibir y aceptar, a agradecer y saborear toda la persona del amante, si hermosa fue, digo, ésta es sin duda, jugosa, apetitosa y bellísima. He aquí la carta:

De Carlos a Marta.
Querida Marta:
Me pides que charlemos un poco de cual es la manera más sencilla o la forma más profundamente humana de dar, darme, y recibir, recibirle, en el matrimonio.
Que entiendes el dar, darse, como ya hablamos en la anterior carta, pero que a la hora de aceptar y recibir te parece que estás adaptando una forma egoísta de relacionarte con tu pareja, con “tu amado”.
El recibir, "el saber aceptar" del otro, también es una forma de "DAR/DARSE", porque le damos al ser amado la posibilidad de "DEVOLVER/DEVOLVERSE", de corresponder, de expresar/expresarse, de comunicar su amor.
Le DAMOS nuestra apertura a su amor, nuestro corazón abierto, nuestro deseo de correspondencia, nuestra esperanza de ser correspondido, nuestra ansia de su cariño, afecto, ternura y amor. Nuestra necesidad imperiosa de se amado, porque todo amor necesita de correspondencia y cariño de vuelta, de tu “tú” a mi yo.
Este saber aceptar, exige saber recibir "con cariño". Y recibir con cariño es ver más el amor puesto por el otro en su dar, que la misma "cosa" entregada.
Es que la persona amada intuya y sienta que sabemos que SE da, y nos gozamos en su darSE, recibiéndola con amor en el sancta sactorum de nuestro corazón.
Claro que esta aceptación no conlleva el desprecio de la cosa dada, sino la valoración y la estima de ella, junto con el agradecimiento y que nos sepa felices también por la cosa recibida.
Este descubrimiento de que "nos gusta" lo entregado, y en el mismo acto de recibir hemos descubierto su amor y su donación puesta en la entrega, le llenara de felicidad, ternura por nosotros, y la alegría de verse aceptado, le hará feliz.
Y de su felicidad se trataba, si le amábamos bien.
Porque el AMOR lo espera todo, Y EL QUE LO ESPERA TODO, está en perfecta disposición y disponibilidad para recibir del otro, cuando el otro quiera, cuando del otro salga, cuando libremente, (el amor nos deja libre) nos quiera amar, entonces nos dejaremos querer.
El amante "se hace" (a si mismo) amado, para que el amado sea feliz, siendo amante.
El amante se hace a sí mismo amado, para darle al amado la felicidad de ser amante.
Quiere esto decir que en el juego del amor, del amor en la pareja humana, hay mucho de búsqueda, de deseos vehementes de posesión, de deleite en la contemplación del amado y de dejarse contemplar por él, de llamadas ardientes para que venga, te ame y te posea, escuchar la voz del amante que te llama, del sabrosísimo lenguaje da la admiración por el otro.
No creas que esto sea una debilidad. Así es el amor de toda madre y de todo padre deseando el cariño de vuelta del hijo querido con naturalidad de lo humanamente natural. Así es el amor divino. Así es el amor de Dios, a sí mismo, en Trinidad perfecta, y a los hombres, de los que con ansias de padre espera su correspondencia y siempre tiene su corazón abierto de par en par para recibirlos.
Mira cómo en “El Cantar de los Cantares” la esposa, el alma, ansia al esposo, Dios.
“¡Que me bese con los besos de su boca!” “Llévame en pos de ti”. “Hazme saber dónde apacientas tu rebaño”. “En mi lecho he buscado al Amado de mi alma”.”Entre mi Amado en su huerto y como sus frutos exquisitos”.” “Yo dormía pero mi corazón velaba: la voz de mi Amado que me llama”. “¡OH, ven, Amado mío, salgamos al campo!”.”Le aprehendí y no le soltaré hasta que le haya introducido en mi casa”
Así podríamos seguir citando y citando. Lee despacio los poemas y ve entresacando el ansia de la esposa porque el Amado se de, se le entregue, se una íntimamente a ella, no solo en la entrega “del don de mis amores” sino su personalidad entera. “Mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado”.
Hemos dedicado el grupo a saborear el poemario de Salomón, buscando las características del amor humano y divino.
Y no creas que son menos ansiosos los deseos anhelantes del Amado, por recibir de la esposa: “Ven, esposa mía, ven del Líbano, vente.” “Me robaste el corazón, esposa mía, con una mirada tuya”. Y si te fijas en con qué amor y delicadeza, con qué delicia y deseos describe a la esposa, verás hasta qué punto es infinito el deseo de recibirla, el deseo de Dios de que toda criatura halle en El su paz y su descanso. “Su izquierda está bajo mi cabeza, y su diestra me abraza.” “No despertéis ni desveléis al Amor, a la esposa, hasta que a ella le plazca”.
Son hermosísimos los versos en que la Esposa describe cómo es para ella el Amado y Esposo. ¡Cómo desearía que en todas las parejas ellas vieran así a sus maridos!
Son sublimes los versos en que el Amado describe cómo es para Él la amada y esposa. ¡Ojala éste fuera el retrato que todo hombre hiciera de su mujer y esposa!
Marta, lee y rumia el Cantar. Verás qué fácil es saber cómo de verdad y en verdad es el amor de la pareja humana, que hermoso es dar, darse, entregarse y que maravilla es saber acogerle, aceptarle y recibirle. ¡Qué así sea para ti y para Guillermo! Besos.
Carlos.

Preguntas:

1.- ¿Puede el ponerse en situación de recibir y no en la de dar ser una postura siempre egoísta y materialista, “pancista” y hasta “narcisista” y ególatra?

2.- ¿Cuándo de ser una postura “hacia fuera”, hacia el otro, hacia su bien y felicidad se convierte en una postura “hacia dentro”, hacia mi yo, hacia mi bien y felicidad y por tanto egocéntrica?

3.- ¿Puede el amor sincero y total compartir y simultanear el darse con el apoderarse del otro, con el buscarse, buscarnos, y no hacer “la primada” de no exigir nada a cambio?

4.- ¿No es humano, colocarnos en la postura de si tú quieres recibir, pues disponte a dar porque no estoy dispuesto a ser yo el que dé siempre y en todo?


Reunión de Grupo:

Te he de decir, mi querido y amado Diario, que el tema se clarificó mucho cuando sin haberlo terminado, Elena, nos repartió la carta del tema siguiente y nos hizo un resumen brevísimo de su mensaje:
“Pero esperándolo todo” El amor, para ser amor tiene que ser esperanza, aquí abajo, y realidad de la correspondencia allá arriba. Realidad de entrega y correspondencia.
Ya pues más calmado los ánimos las intervenciones fluyeron por los comentarios a los versos del Cantar de los Cantares”, del Amado y la Amada, ¡Cómo deseo, ardientemente, vehementemente, amorosamente, y hasta apasionadamente “robar” el corazón de José Carlos con una mirada mía!

José Carlos ¿te sientes tú así mirado por mí? Porque yo si siento, palpo y veo que cuando me miras creyendo que yo o te veo tu mirada me derrite porque se derrite, tus ojos me envuelven porque me envuelves y tu amor rebosa en la intensidad, la ternura y el cariño con que me miras.
Pero he de decirte que me agradó mucho aquello de “No despertéis ni desveléis al Amor, a la Esposa, hasta que a ella le plazca” por dos cosas: qué hermoso poder dormir y dormir, con lo dormilona que soy yo, hasta que ahíta me despierte sola. Que hermoso sueño un domingo por la mañana después de seis madrugones semanales para ir al trabajo. Debo ser algo vulgar en medio de tantas delicadezas pensar y desear algo tan poco elevado. Bueno, la segunda me salvará y hará mi reflexión menos rastrera y mezquina. Pienso que mientras esté placidamente dormida, “bella y durmiente”, la bella durmiente, cuando estemos casado, José Carlos se inclinará sobre mí para contemplarme amorosamente, me acariciará suavemente y tiernamente con su mirada, largamente, sin prisas., saboreando mi imagen en sus ojos, derritiéndose el cariño y en deseos, y cuando, “después de mucho tiempo”, vuelvo a mis apetencias de insuficiencias semanales, sea el tiempo de despertar, se inclinará más sobre mi y posando suavemente sus labios en mis labios, abriré los ojos para verle a él solamente.

Conclusión:
“Mi amado es para mí, porque yo también soy totalmente para mi amado”
“Abre tu corazón, tu persona entera y deja que el amado entre totalmente y te posea plenamente”
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