sábado, 11 de agosto de 2007

19.- "¿De verdad no quereis ser padres?"

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Mi Diario a quince de abril de 2004. Jueves.

OBJETIVOS DEL CUARTO DIA: LA PATERNIDAD

I.- Principios:

1.- no métodos;
2.- sí ideas sobre la paternidad responsable
y la educación de los hijos.
TAMBIEN educar para la Iglesia.

Nota Bene: Ofrecer los otros temas en los cursos de continuidad,
tanto pedagógicos como éticos o cristianos, para animarlos a apuntarse.

II.-OBJETIVOS:

1.- idea clara que Paternidad Responsable
no es igual a Control de la Natalidad.
(Paternidad responsable y no paternidad confortable)

2.- la Paternidad Responsable exige procreación y educación de los hijos.
(E amor, en libertad y en responsabilidad)

3.- una educación no es completa si no se educa la FE:
responsabilidad de padres cristianos.

4.- amor fecundo y paternidad responsable.
el amor es siempre fecundo: crea más amor.
a veces se materializa en "un hijo":nuestro amor hecho vida.

5.- Paternidad de Dios:
Nuestra paternidad como cristianos nos asemeja a Dios,
nos une a Dios, participamos de la paternidad de Dios.

6.- El matrimonio cristiano tiene también una paternidad social.

7.- hijos: ¿Cuántos? ¿Cuándo? ¿Cómo?
es importante pero secundario a estas ideas anteriores.

REVISION DE LOS EQUIPOS DE MONITORES


1º.- ¿Han llegado a un concepto claro de qué es la Paternidad responsable?

2º.- La distinguen bien de Control de natalidad y de Paternidad Confortable?

3º.- ¿Han comprendido que la sexualidad fue creada por Dios como medio para conservar la especie, en este caso la especie humana, y que el placer que le acompaña es un incentivo para que deseemos usarla y practicarla con agrado y con deseo?

4º.- ¿La procreación exige responsabilidad, libertad y amor para que sea humana y cristiana?

5º.- ¿Se puede procrear y procrear sin límites, sin tener en cuenta que toda procreación exige inexorablemente educación, y que educar es mucho más que enseñar, pues conlleva que seamos “Maestros”, ejemplo, para nuestros hijos además de transmitirles verdades y valores para el bien?

6º.- ¿Se puede ser padres cristianos sin ser modelos de vida para nuestros hijos, en forma de pensar y vivir, y sin enseñarles el amor a Dios, a Jesús, a su Iglesia y a los hermanos?

7º.- Con todo ¿sabemos que los hijos hay que educarlos en la responsabilidad y en la libertad, es decir en el amor, y que al ser libres hay que respetar esa libertad, como la respeta Dios, aunque la usen de forma distinta a como nosotros desearíamos y los hemos educado?

8º.- El Matrimonio cristiano también tiene una paternidad social. Vivimos en una comunidad humana, civil, y cristiana, parroquial y eclesial. ¿Tienen claro estas ideas y las asumen?

9º.- ¿Cómo afecta a nuestra paternidad humana la Paternidad divina de Dios, sobre todo hombre?

10º.- Ver cómo han asumido todos estos puntos y como se han comprometido a vivirlos.

Reunión de Grupo y Puesta en común.
Hoy fue un día duro. Muy duro. Cuando tocamos el tema de que la vocación matrimonio, el matrimonio para el cristiano es una llamada de Dios, y llamada a compartir su Paternidad Universal, Ángel y Enma, bueno, sobre todo Ángel, afirmó rotundamente que no podía entender que fuera obligatorio tener hijos. Que la pareja tenía sentido en sí misma y que no necesitaba de los hijos para ser ni feliz ni completa.
Creo que fue Cristina la que le replicó diciendo que Dios, para un cristiano, los hizo hombre y mujer, “varón y varona los creó” y que el sexo tiene como fundamento la conservación de la especie. Tiene otro efecto querido y creado también por Dios que es precisamente la unión y conservación de la pareja en el tiempo, sin que sea como antes se decía fin primario y secundario.
Los dos son importantes y principales y el mismo bien de la unión en permanencia es un bien necesario también para la crianza y educación de la prole, los hijos, que deben vivir en ese maravilloso hogar que es el amor de los padres.
Son pues un bien como en una sola pieza con dos partes bien definidas pero necesarias la una de la otra para ser una sola pieza: el matrimonio incluso humano, que no estamos hablando del sacramento, sino del matrimonio que pertenece a la misma naturaleza de las personas humanas.
Por eso Ángel terminó Cristina, que se lo sabe muy bien pues estudió en Las Dominicas y le dio clase el Padre Juan Ramírez, si se excluye “para siempre y por siempre” es decir “no, nunca, jamás y bajo ninguna circunstancia tendremos ningún hijo” ese matrimonio en verdad es nulo o inválido, y desde luego lo es el Sacramento si se recibe. Incluso aunque sea una decisión “sub pectore”, no manifestada pero guardada y firme.
Otra cosa bien distinta es que “no puedan tener hijos” aún buscándolo o que por enfermedad o accidente la unión o la procreación sean imposibles. El algunos de estos casos el Sacramento hay que recibirlo con dispensa del Obispo, y desde luego aún sin ser obligatoria siempre queda la paternidad espiritual o social, que se puede materializar en la adopción o en volcarse sobre niños o adolescentes e incluso personas mayores para ayudarles y confortarles.
La pareja efectivamente tiene sentido en sí misma, con o sin los hijos como vocación de volver al Padre juntos y de la mano “en ayuda mutua” como dice el Génesis. Y desde luego pueden alcanzar su “parcial felicidad”, la felicidad nunca es plena sino en el cielo, por la presencia y posesión de Dios, en la vida en común. “proyecto y realización de la vida en común”.
Pero los hijos son como la vocación al amor desbordado y desbordante que como todo amor y cómo el amor de Dios es difusivo de por si, “per se”, y tiende a comunicarse y multiplicarse.
Es la entrada personal de la pareja humana en la misma naturaleza Paternal de Dios, “Dios es nuestro Padre”, naturaleza divina, y por tanto una integración en el amor de Dios a los hombres, individual y personalizado. Yo conozco mis ovejas y mis ovejas me conocen a mi” y ”a cada una la llamo por su nombre”
¿Se puede llegar a riqueza mayor o a compenetración con el Creador?
Bueno este es el resumen de mil aportaciones, aclaraciones, y puntos de vistas de los miembros del grupo. Salieron otras muchas cosas pero no soy capaz de resumirlas todas pues me pasaría escribiendo toda la noche.
Nosotros, Señor, sí, sí queremos ser padres. Y tantas veces como tu quieras pues no queremos que se quede sin nacer ningún hijo tuyo que estuviera en tu proyecto y amor. Tampoco queremos que sean hijos de nuestra inconciencia o irresponsabilidad, que aunque tú desde luego los amarías con todo tu amor paterno como hijos, “sería como forzar a creación” y hacer que tú Voluntad de Dios fuera nuestra pobre voluntad irresponsable de hombres.
Pero si no te place enviárnoslos porque así está en tu Santísima Voluntad amorosa de Dios acatamos con amor y respeto de hijos tuyo tu respeto y amor hacia nosotros de Padre.
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